Menopausia y dolor en las relaciones sexuales

¿Tienes sequedad vaginal? ¿La vagina irritada? ¿Picor? ¿Falta de lubricación? ¿Dolor en las relaciones sexuales? Aproximadamente el 40% de las mujeres experimenta algún problema sexual a lo largo de su vida. La falta de deseo y el dolor en las relaciones sexuales afectan al bienestar sexual de la mujer y empeoran su calidad de vida. Afortunadamente, la fisiosexología* puede ayudarte. ¿Cómo? En este artículo te lo cuento.

El placer es esa experiencia que hace que el tiempo se detenga y suceda la magia: ese camino hacia el bienestar y la plenitud en todos los sentidos.

En este artículo no voy a hablarte de posturas imposibles del kamasutra ni de lubricantes milagrosos con efecto potenciador del placer. Te voy a explicar lo que no te han contado sobre la menopausia, qué le sucede a tu cuerpo en esta etapa y voy a darte algunas herramientas para que lideres el climaterio* con serenidad y plenitud. ¿Estás preparada?

ÍNDICE

  1. ¿QUÉ ES LA MENOPAUSIA?
  2. 2. SÍNTOMAS
  3. ¿POR QUÉ A MÍ?
  4. ¡MALDITAS HORMONAS!
  5. LA TEMIDA ATROFIA VAGINAL
  6. DOLOR EN LAS RELACIONES SEXUALES
  7. MI RECOMENDACIÓN
  8. EXPERIMÉNTALO TU MISMA

 

¿QUÉ ES LA MENOPAUSIA?

Según la OMS, la menopausia es el cese definitivo de la menstruación por el fin de la actividad folicular de los ovarios, o lo que es lo mismo, que nuestro cuerpo deja de producir óvulos. Es la fecha de la última regla y suele ocurrir, aproximadamente, entre los 45 y 55 años. Se reconoce tras 12 meses sin tener la regla (amenorrea), sin que exista otra causa patológica o fisiológica.

Es una fase más del ciclo reproductivo de la mujer. El ciclo reproductivo de la mujer empieza con la primera menstruación (menarquia) y se cierra con la menopausia (última menstruación). Es un proceso fisiológico que vivimos todas las mujeres y que dará paso a una nueva etapa: el climaterio o madurez. No se trata de una enfermedad: es un proceso natural, por el cual dejamos de ser fértiles y cíclicas (se cierra nuestro círculo reproductivo).

SÍNTOMAS

Con la última regla, los ovarios dejan de trabajar y disminuyen los estrógenos, que son las hormonas que participan en distintos procesos de nuestro organismo, como la creación de músculo y hueso, el control de la temperatura corporal, del hambre y la saciedad, de la hidratación de la vagina… Nuestro cuerpo experimentará muchos cambios, tanto a nivel físico, como mental y espiritual.

En medicina, cuando se habla de síntomas, nos referimos a la manifestación o expresión de una enfermedad. En el caso de la menopausia, cuando hablamos de síntomas nos referimos a aquellas señales o acontecimientos que pueden suceder y ocasionar algunas incomodidades:

  • Picor, irritación, escozor o sequedad vulvar.
  • Atrofia vaginal (síndrome genitourinario).
  • Dolor (o disconfort) en las relaciones sexuales.
  • Sofocos
  • Insomnio
  • Irritabilidad
  • Dificultad para concentrarte.

Con todos estos síntomas, es normal que asocies la menopausia con algo negativo y te inquiete pensar que tu última regla se acerca. Pero tranquila, la menopausia solo es el fin de la menstruación: no implica el fin del placer, del erotismo, de tu feminidad o tu vida sexual. Por eso, a la menopausia también se la conoce como la segunda adolescencia o segunda primavera, porque puedes experimentar una profunda transformación para satisfacer las experiencias y necesidades de esta etapa.

¿POR QUÉ A MÍ?

Cada día millones de mujeres tienen la menopausia. Es un proceso vital, así que… ¿Por qué no empezar a hablar de ello con naturalidad?

Con la llegada de la menopausia te queda un tercio de la vida por delante. Eso es mucho tiempo para disfrutar de la vida con la ventaja de la sabiduría y la experiencia que has ganado con los años.

Nuestra sociedad tiene una forma de ver el mundo basada en categorías absolutas: blanco o negro, bien o mal, fuerte o débil, todo o nada… Pero hay muchísimos matices: no todo es blanco o negro, existe una gran escala de grises.

Esta forma de ver el mundo puede llevarnos a un pensamiento dual, polarizado, donde la primera menstruación implica que “ya eres mujer” y la menopausia implica “que ya no lo eres, que empieza tu decadencia, tu pérdida de frescura, erotismo y de juventud”.

Una niña de ocho años sigue siendo eso: una niña de ocho años, tenga o no la menstruación. Y una mujer que ha dejado de tener la regla sigue siendo eso: una mujer, con sus valores, inquietudes, fortalezas, debilidades y la sabiduría que le han dado los años y la experiencia.

Vivimos en una sociedad cargada de estereotipos físicos que rinden culto a la belleza y a la juventud  eterna, que no acepta el envejecimiento y la muerte como parte de la vida. En otras culturas, la mujer, cuando envejece, adquiere estatus y poder social. En la cultura maorí, por ejemplo, la mujer de edad avanzada se convierte en kuia, término que hace referencia al respeto hacia la mujer y que supone la aceptación de un manto de liderazgo por toda la comunidad (1).

Además, por si fuera poco, tenemos tendencia a medicalizar los procesos normales (fisiológicos) de la vida. La menopausia suele ser uno de ellos, porque se aborda desde el concepto de enfermedad, en vez de hacerlo desde la perspectiva fisiológica de transición a la madurez.

¡MALDITAS HORMONAS!

En esta etapa también solemos culpar a las hormonas de todo lo malo que nos sucede: los cambios de humor, la ansiedad, la depresión, la falta de líbido, la sequedad vaginal… Todo es culpa de las hormonas… Pero en realidad no es así.

Es cierto que la menopausia conlleva un descenso de los estrógenos (con la última regla, los ovarios dejan de fabricarlos) y eso va a favorecer el síndrome genitourinario (atrofia vaginal), pero solo en una parte. De cómo nos afecte, dependerá nuestro estilo de vida, nuestro estado previo de salud y nuestro entorno (2).

Si tu entorno no te acompaña y no has resuelto algunos conflictos que han ido surgiendo a lo largo de los años, llevarás una mochila demasiado cargada y eso será un lastre en tu camino hacia el climaterio. Si lo necesitas, pide ayuda a tu médico o a tu psicólogo de confianza para liberarte de esta carga.

En este momento vital pueden surgir cambios importantes: los hijos se han hecho mayores y se van de casa, pasamos más tiempo con la pareja, puede ser que tengamos problemas laborales, que nos tengamos que hacer cargo de personas mayores o enfermas, de los nietos… Quizás necesites tu tiempo y tu espacio para ir digiriendo todos esos cambios, que no son pocos.

LA TEMIDA ATROFIA VAGINAL

La atrofia vaginal, actualmente conocida como síndrome genitourinario en la menopausia (3), engloba el conjunto de signos y síntomas asociados a la disminución de estrógenos y que afectan a la esfera genital, sexual y urinaria. Son los siguientes:

  • Malestar en la zona genital
  • Picor
  • Escozor
  • Sequedad vulvar
  • Dolor en las relaciones sexuales (dispareunia)
  • Urgencia, nocturia, disuria o infecciones recurrentes

¿Qué es exactamente la atrofia vaginal?

Un tejido atrofiado es aquel que no tiene vida. Un tejido al que no le llega suficiente sangre, oxígeno y nutrientes. Seguro que conoces a alguien a quien alguna vez le han escayolado el brazo y ha pasado un tiempo sin moverlo. ¿Te has fijado como le queda después? Más delgado, con menos masa muscular, puede que tenga dolor, rigidez, incluso dificultad para moverlo. Por eso, después de pasar tanto tiempo inmovilizado, conviene hacer rehabilitación para recuperar la función de esa extremidad.

Pues en la vagina pasa exactamente lo mismo. Cuando dejamos de mover una parte de nuestro cuerpo, se atrofia. La atrofia vaginal puede mejorar muchísimo con el movimiento, ejercitando tu cuerpo y tu vagina.

¿Cómo ejercito la vagina?

Aprendiendo a mover tu suelo pélvico, esos músculos que cubren la parte baja de nuestra pelvis, rodean la vagina y el ano.

Antes de empezar a ejercitar el suelo pélvico, necesitas sentir esta parte de tu cuerpo. Al estar escondida entre las piernas, a menudo pasa desapercibida y no le prestamos la atención que se merece, pero cuando empieces a mover tu suelo pélvico, la sangre empezará a fluir de nuevo para oxigenar, hidratar y nutrir tu vagina y tu suelo pélvico. De este modo ayudas a prevenir la atrofia vaginal. Puedes empezar por practicar estos ejercicios para el suelo pélvico.

¿Cómo afectan los estrógenos al suelo pélvico?

Los estrógenos son un grupo de hormonas (estrona, estradiol y estriol) que se encargan de activar otras células, para que proliferen y desarrollen su actividad. Una de sus tareas es participar en la construcción del músculo y del tejido conectivo del suelo pélvico, por eso, es tan importante llegar a la menopausia con el suelo pélvico en buena forma, porque el descenso de los estrógenos propio de la menopausia facilitará la pérdida de capacidad de construir músculo.

Además, los estrógenos tienen un efecto hidratante en la mucosa vaginal*, la piel, el cabello… Por eso, uno de los síntomas más incómodos de la menopausia es la sequedad vaginal, porque los lactobacilos de la microbiota vaginal pierden la capacidad de mantenerla bien hidratada por el propio descenso hormonal. Aun así, eso no significa que no puedas hacer nada para mejorar tu mucosa vaginal.

Puedes activar la circulación y la lubricación natural de la vagina adoptando las siguientes estrategias:

  • A nivel corporal: haz ejercicio físico, mueve tu pelvis, baila, practica danza del vientre…
  • A nivel vaginal: aprende a ejercitar tu suelo pélvico, cómo hacer el masaje perineal paso a paso, utilizar vibradores terapéuticos, dildos*, dilatadores*

Estas estrategias te ayudan a favorecer la lubricación natural, así los tejidos de la vagina estarán en mejores condiciones (más receptivos) cuando utilices hidratantes o lubricantes íntimos para aliviar los picores y la incomodidad en tu zona genital si es necesario (4).

Aprovecho para aclararte una duda que a menudo me preguntáis en las consultas privadas de fisiosexología respecto a los hidratantes y los lubricantes íntimos: los hidratantes se utilizan para mantener la vagina bien hidratada y en cambio los lubricantes, se utilizan específicamente durante las relaciones sexuales para reducir la fricción en la vagina y evitar molestias. Aun así, quiero recordarte que el dolor durante las relaciones sexuales no es normal. Podemos solucionarlo con fisioterapia de suelo pélvico.

DOLOR EN LAS RELACIONES SEXUALES

La dispareunia o dolor en las relaciones sexuales es aquel dolor abdominal, pélvico o vaginal asociado a la penetración, durante o inmediatamente después de ella. Eso también incluye el uso de juguetes sexuales, dildos o vibradores.

Los músculos del suelo pélvico participan en la respuesta sexual, mantienen la erección del clítoris y facilitan el orgasmo. Si estos músculos permanecen contraídos o no se relajan cuando es necesario (eso se conoce como hiperactividad del suelo pélvico), puede aparecer dolor en las relaciones sexuales (dispareunia).

El síndrome genitourinario (atrofia vaginal) es la principal causa de dispareunia en el climaterio y la postmenopausia. Según las encuestas más recientes afecta al 39-90% de las mujeres en la menopausia. Esta condición también está presente en la premenopausia con una prevalencia del 19% en mujeres de 40 a 45 años (5).

El dolor afecta al bienestar sexual y repercute negativamente en la calidad de vida de  la mujer. La buena noticia es que la fisioterapia puede ayudarte a ponerle solución, mediante distintas técnicas:

  • Terapia manual pélvica: masaje, estiramiento, manipulación visceral y liberación de cicatrices.
  • Tecnología avanzada en regeneración de tejidos vaginales: radiofrecuencia y láser para mejorar la elasticidad vaginal y prevenir la atrofia vaginal.
  • Educación sexocorporal: para ayudarte a entender cómo funciona tu cuerpo.
  • Mindfulness, focalización sensorial y coaching sexual: para que aprendas a focalizar tu atención en el placer y ayudarte a crecer sexualmente.

MI RECOMENDACIÓN

Con pequeños cambios en tu estilo de vida, el síndrome genitourinario en la menopausia puede ser mucho más llevadero (6).

  • Deja de fumar: el tabaco perjudica seriamente la salud, ya lo sabes. Lo que quizás no sabías es que el tabaco disminuye el aporte vascular (el oxígeno y los nutrientes a la mucosa vaginal y al suelo pélvico) y reduce la síntesis natural de estrógenos (7). Así que si eres fumadora, ya tienes más motivos para dejar el tabaco. Tu tiroides también te lo agradecerá.
  • Incorpora el ejercicio físico en tu día a día: el movimiento te ayuda a calmar el sistema nervioso, favorece el descanso, disminuye los sofocos y el riesgo de obesidad. Si, además, quieres que se convierta en un hábito, te será mucho más fácil si lo haces acompañada, al aire libre y te diviertes mientras te ejercitas.
  • Sigue pautas de alimentación saludable: come alimentos reales, como los que te propone el programa Reshape.
  • Cuida tu suelo pélvico: mantén estos músculos en forma, ejercitándolos de forma adecuada para que esten sanos y fuertes.
  • Practica el sexo: las mujeres que son sexualmente activas presentan mejor lubricación y elasticidad vaginal que las mujeres que no practican sexo después de la menopausia (8,9).
  • Practica la compasión contigo misma: ya sé que eres comprensiva y compasiva con los demás, así que ahora te toca a ti; quiérete y priorízate

EXPERIMÉNTALO TU MISMA

Es cierto que la menopausia conlleva un descenso de los estrógenos (con la última regla, los ovarios dejan de fabricarlos) y eso va a favorecer la atrofia vaginal, pero solo en una parte. Otros factores no hormonales, como la salud física y mental o la pareja sexual, tienen un impacto mayor en la actividad sexual que las propias condiciones hormonales de la menopausia (10).

Si sigues ejercitando tu suelo pélvico, la vagina se mantendrá bien hidratada y con buen tono muscular. Por eso es muy importante llegar a esta etapa con los deberes hechos, con el suelo pélvico en forma y con una buena conexión con tus genitales.

Si ya hace tiempo que dejaste de tener la menstruación… ¡FELICIDADES! El climaterio es un buen momento para empezar a experimentar cómo es tu cuerpo y tus genitales. Si entiendes el origen de tus problemas, podrás ponerle solución. No te conformes, pide ayuda para recuperar el placer.

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Glosario

*Fisiosexología: especialidad dentro de la fisioterapia del suelo pélvico que tiene como objetivo prevenir o tratar las disfunciones sexuales y ayudarte a crecer sexualmente.

*Climaterio: ciclo completo desde que la mujer en su madurez empieza a generar menos óvulos hasta que deja de producirlos por completo. Incluye la premenopausia, menopausia y postmenopausia.

*Dildo: objeto con forma de pene en erección que se utiliza para obtener placer sexual, especialmente al introducirlo en la vagina o el ano.

*Dilatadores: Dispositivos de pyrex o silicona médica de distintos tamaños que se utilizan para la rehabilitación de las disfunciones del suelo pélvico (dispareunia, vaginismo, etc.).

 

Referencias

(1) Maaka R. Te Ao o te Pakeketanga: The world of the aged. In: P Koopman-Boyden (ed), New Zealand’s Ageing Society: The Implications. Wellington, Daphne Brasell, 1993:213-54.

(2) Avis, N. E., Stellato, R., Crawford, S., Johannes, C., & Longcope, C. (2000). Is there an association between menopause status and sexual functioning? Menopause, 7(5), 297–309.

(3) Portman, D. J., & Gass, M. L. S. (2014). Genitourinary syndrome of menopause. Menopause, 21(10), 1063–1068. DOI:10.1097/gme.0000000000000329

(4) Sinha A, Ewies AA. Non-hormonal topical treatment of vulvovaginal atrophy: An up-to-date overview. Climacteric 2013;16:305-12.

(5) Alvisi S, Gava G. Vaginal Health in Menopausal Women. 2019 Sep 20;55(10):615. DOI: 10.3390/medicina55100615.

(6) Palacios S, Cancelo Hidalgo MJ, González SP, Manubens M, Sánchez-Borrego R. Síndrome genitourinario de la menopausia: recomendaciones de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. Prog Obstet Ginecol 2019;62(2):141-148. DOI: 10.20960/j.pog.00182.

(7) Palacios S. Managing urogenital atrophy. Maturitas 2009;63:315-8

(8) Guía de Práctica Clínica sobre el abordaje de síntomas vasomotores y vaginales asociados a la menopausia y la postmenopausia. Ministerio de Sanidad, servicios sociales e igualdad.

(9) S LeiblumG BachmannE KemmannD Colburn, L Swartzman. Vaginal atrophy in the postmenopausal woman. The importance of sexual activity and hormones, 1983 Apr 22-29;249(16):2195-8.

(10) Dennerstein, L., Lehert, P., & Burger, H. (2005). The relative effects of hormones and relationship factors on sexual function of women through the natural menopausal transition. Fertility and Sterility. DOI:10.1016/j.fertnstert.2005.01.119


Mar Puig

Fisioterapeuta experta en suelo pélvico y fisiosexóloga.

Te ayudo a conectar con tu cuerpo para despedirte del dolor y recuperar el placer.

Me fascina el trabajo corporal como herramienta para empoderarte a coger las riendas de tu vida. 


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DISCLAIMER

Esta información es meramente divulgativa, no tiene como objetivo diagnosticar ni tratar ninguna disfunción de suelo pélvico. De ninguna manera, debe ser considerada como sustitutivo del consejo médico. Si tienes cualquier duda, consulta con tu médico o fisioterapeuta de confianza. 

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