Aunque los canelones son originales de Italia es tradición comerlos en Navidades, por lo menos aquí en Cataluña, antiguamente se hacían con las sobras del asado del día de Navidad y con bechamel.
Esta vez los haremos con confit de pato y bechamel con calabaza, sin gluten ni lácteos. Así nos podemos dar un ‘homenaje’ más sano estas fiestas. Son un poco laboriosos, pero vale mucho la pena el esfuerzo y además los puedes preparar el día anterior.
Ingredientes para la bechamel
- 300 gr de calabaza sin piel ni semillas
- 45 gr de AOVE
- 45 gr de harina de arroz eco de @medsuperfoods
- 15 gr de harina de maiz eco de @medsuperfoods
- 750 ml. de leche de arroz (sin azúcares añadidos)
- 1½ cp de sal marina de @medsuperfoods
- 1½ cc de pimienta negra de @medsuperfoods
- 1½ cp de nuez moscada molida
- 1½ cp de jengibre en polvo de @medsuperfoods
Para los canelones
- 4 muslos de confit de pato
- 1 cebolla grande o dos medianas (unos 375gr)
- 100 ml de brandy o vino dulce
- 12-16 placas para canelones sin gluten (dependerá de lo rellenos que los hagas y del tamaño de placa)
- 1 cp de AOVE
- 1½ cp de sal marina de @medsuperfoods
- 1½ cp de pimienta negra de @medsuperfoods
- 3 cs de levadura nutricional de @medsuperfoods
Instrucciones
Elaboración:
- Precalentar el horno a 180ºC
- Pelar las cebollas y picar bien pequeño. Calentar un poco el aceite en una sartén y añadir la cebolla. Rehogar hasta que queden transparentes a fuego bajo. Salpimentar y añadir el brandy y rehogar hasta que cojan color.
- Poner los muslos de pato en una bandeja para asar con rejilla, para que la grasa caiga en la bandeja de abajo. Hornear hasta que se desprenda toda la grasa. Retirar la piel y los huesos. Picar bien y reservar.
- En una placa para horno colocar la calabaza cortadas en rodajas y hornear hasta que queden tiernas, después, quitar la piel y semillas a la calabaza y reservar.
- Poner a hervir abundante agua en una olla grande, añadir sal y las placas una a una. Remover para que no se peguen. Cocer al dente, según las instrucciones del paquete.
- Llenar un bol grande con agua fría, para poner las placas una vez cocinadas. Sacarlas con una espumadera y dejar unos 30 segundos en remojo. Escurrir y poner encima de un paño de cocina humedecido las placas mientras preparas la bechamel.
- Bechamel: Calentar en una olla mediana el aceite de oliva, añadir la harina de arroz y de maíz. Remover bien durante unos 3 min. a fuego medio. Mientras con el batidor de brazo u otro que tengas,batir la mitad de la leche con la calabaza cocida. Añadir a la olla junto con el resto de la leche y llevar a ebullición. Cuando arranque el hervor añadir las especies (sal, pimienta, nuez moscada y jengibre) y bajar a fuego medio, removiendo de vez de en cuando, hasta que espese.
- En la sartén que has rehogado la cebolla, añade la carne de pato picada y un poco de bechamel, hasta que le dé liga y así quede con consistencia adecuada para el relleno.
- Poner las placas encima de la mesa de trabajo y repartir el relleno. Enrollarlas para darle forma a los canelones. Si las placas son muy grandes, cortarlas o hacer un canelón más largo.
- En una fuente de horno, poner una fina capa de bechamel y encima colocar los canelones. Verter la bechamel restante por encima, cubriéndolos bien. Espolvorear con la levadura nutricional y poner en el horno para un gratinado suave unos minutos, hasta que cojan color.
Conservación:
Los puedes conservar en la nevera un par de días o congelar.
Medidas:
- cs cucharada sopera / 1 Tbsp
- cp cucharita de postre rasa / 1 tsp
- cc cucharita de café / ½ tsp
NaturalmenteHelen
¡Hola! Soy Helen, me encanta lo natural, lo auténtico, la simplicidad, la esencia de las cosas… de ahí el nombre de mi blog, NaturalmenteHelen, un espacio donde compartiré principalmente recetas, ya que es en la cocina donde surge, naturalmente, mi creatividad.
Hace años me formé como entrenadora personal, tenía un cuerpo perfecto en apariencia… pero por dentro estaba en desequilibrio, tenía unas digestiones horribles. Ahí me di cuenta que no sólo se trataba de pesar lo que comía y calcular los carbohidratos, proteínas y grasas. Descubrí la macrobiótica de la mano de Simon Brown y todo cambió, hubo un antes y un después. A parte de aprender a cocinar y de entender los alimentos de otra forma, lo más importante es que aprendí a escuchar mi cuerpo y como los alimentos, las diferentes cocciones y los estados en cómo los ingería me afectaban. Aquí empezó mi camino del autoconocimiento y no ha parado hasta entonces. Posteriormente he estudiado cocina mediterránea, aromaterapia, cuencos tibetanos, hatha Yoga y Ayurveda.
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